lunes, 19 de septiembre de 2016

“Leviticus is a book from the Old testament, like the Genesis. It supposed that it was written by Moises, some parts and others for unknown authors. This are the laws that ruled the Levites, like a manual behavior. Some parts tell about how the priest had to be. In others… like this one, recited prohibitions the people had.  With the time, the religious people took them as a “sacred norm” and they misunderstood everything.” The boy smiled and touched tenderly the cover, the words “Holy bible” could be read in golden letters. “The bible is an interpretation and everyone can make their vision of this as they wanted to. The mistake is in believing that their vision is the correct.” 
“You mean… that anyone can make their own version of this like they want to? Isn’t that…a little arbitrary?”
Mello only shrugged his shoulders and deposited the book in the small table of the living room. He took some candies from the table before Matt ate them all. 
“It’s a metaphoric book; it’s free to the interpretation that you want to give it. The truth is that God loves, and that’s clear in every page of this. And the fact that people think of Him forbidding things or calling us abominations is just a thought of the men.  The human is a being full with wrath; the human is the one who hates itself, no God. There has been a ton of wars, the Crusades for example, where Christians had kill others… that wasn’t a God’s work, it was the men’s.”
“Matt,” He called, the redhead watched him and Mello looked in peace, like if those words were for himself, “I do believe in God, and even despite of that, I still believe that I can find the love in other man… because is just love. Nothing more” 
(…) 
“That’s why you’re fine dating me…” Recognized his friend, and a doubt bloomed in his mind. “Your mom…?”
The blond looked at him, crestfallen. Maybe he was remembering his childhood times. Those painful times. 
“When I told her this same words to my mother, she… simply understood it. She cried so much, Matt” Mello petted the loin on is pet, with sadness lingering in his fingers “She felt so guilty for what she did to her, to my sister.” 
“You miss her, do you?” questioned Matt, with an acquiescent smile. 
Mello nodded, looking at the photos on the wall, especially one. Two children greeted to the camera, smiling happily. The boy had the blond hair, the big smile letting it see one of his missing tooth, inherent to the childhood. The girl wore a long dress and a hat in her head, she looked older than the boy, her brown eyes looked to the camera with warmth. That photo helped Mello, it helped him to sleep when the nightmares about his lost sister haunted his dreams. Or when he thought he just found her, only to realized that she was more far than ever.
“The bible…” mentioned Mello, after a while in silence. “Shouldn’t be a book of hate. It’s a shame that not too many people can see that.”

domingo, 24 de agosto de 2014

Advertencia: palabras mal sonantes. Escrito el 21/08/2014.

No suelo enojarme mucho, al menos no en serio. A veces suelo pensar que tengo una incompatibilidad para poder demostrar mi enfado hacia algo o hacia alguien, prefiero callarme y observar las cosas. Pero hoy... hoy ocurrió un hecho tan inaudito, tan sacado de una mala película que ya no sé cómo sentirme; si estar enojada, triste, anonadada o simplemente reírme de la estupidez imperante en mi país, de verdad.

Dime...¿cómo? ¿Cómo un puto helicóptero de las putas fuerzas policíacas va y aterriza en plena universidad...en MI universidad...? ¿Cómo chucha pasan éstas weás? Es que no sé qué mierda tienen en la cabeza, por la reconchetumadre weón... no sé. ¿Por qué?

Estoy enfadada, y al mismo tiempo no puedo creerlo. Sé que mi universidad es complicada, sé que hoy no tuve clases porque estaba lleno de bombas lacrimógenas afuera y adentro, sé que mi universidad es sede de todo el malestar de la sociedad, lo sé y me gusta que así sea, de hecho, por eso la elegí. Pero no vengan a decirme que ese abuso y acoso de poder está justificado, porque en ninguna parte lo está, por donde lo veas es ridículo. Dicen que es por un carabinero herido... ajá, claro y mira, aunque fuera así, aunque fuera por un paco herido, no pueden ir y entrar a un recinto al cual tiene que pedir permiso, no es primera vez que llegan y entran a  la universidad. ¿Cuántas veces no han botado las rejas, y tomado preso a cualquiera por estar mirando lo que pasa? ¿Cuántas veces no han entrado y acorralado a los estudiantes contra la pared y obligarlos a ser registrados? ¿Cuántas veces no nos han tirado agua, gas, o el carro encima? Me emputece esta wea, de verdad. Toma toda mi paciencia, toda mi calma y la tira a la mierda porque me enoja de sobre manera la injusticia y el creer que porque eres "uniformado" estás por encima de otra persona, todos somos iguales. Por eso mismo no puedes ir y entrar a un lugar donde ya había gente, y después levantar el helicóptero y tirar un montón de tierra... no se puede, ¿pero qué pasa? Van y lo hacen y ni siquiera dicen nada, ningún comunicado, ningún porqué, nada. Porque nosotros no tenemos derecho a saber, entiendo yo.

Mientras esto pasaba en el estadio de la universidad, dentro, cerca de las salas ocurría de lo siempre, fuerzas especiales entrando a la universidad, disparando bombas lacrimógenas como si se tratasen de cualquier cosa, arrestos al azar. ¿Cuántas veces no he tenido que correr yo para que no me tomen detenida? Más de las que debería, y eso que sólo llevo dos años en la institución...una pena. No por el ambiente, a mí me encanta la universidad, en serio, la amo. Es todo lo que deseaba de niña, un lugar que no sólo te permita crecer como estudiante, sino también, como persona. Me ha enseñado a pensar por mí misma, parte de lo que soy ahora se lo debo a ella. Pero lo que sí me molesta es la estigmatización de la que somos víctimas, el que siempre tengamos que cargar con visitas no deseadas de personas tan poco caballerosas como lo son las fuerzas de servicio público.

Antes, de verdad que respetaba a todos los uniformados, para mí, eran un ejemplo. ¿Ahora? Ya ni pena les tengo, una lástima que tengan que sentirse mejores aplastando a los demás con el pretexto de ayudar. Lástima que tengan que humillar a los demás para sentirse poderosos, lástima que estén perdiendo la confianza de la gente con actos como estos, lástima que a pesar de que hay buena gente ejerciendo las labores de carabineros de Chile, sean opacados por personajes como estos... con personas que no están ahí por vocación, sino, porque no hallaron nada mejor que hacer con su vida, que "servir" a los demás.

"Duerme, tranquila, niña inocente." Eso dice su himno, ¿no es así? Créanme, que sólo son palabras bonitas, porque desde que descubrí de lo que son capaces los carabineros, ya no puedo dormir tranquila. Aunque bueno, jamás fui una niña tan inocente, al menos no en ese sentido. Gracias, mi cabo. 



martes, 22 de julio de 2014

La mecánica del corazón.

He leído muchos libros a lo largo de mi vida. Por cariño, por placer, por obligación, curiosidad y mil motivos más. En algunos he encontrado un verdadero reflejo de nuestro mundo, en otros un universo diferente y hermoso. En otros conocimiento inimaginable o un buen amigo. Shakespeare es uno de los mejores autores que he leído, la Divina Comedia de Dante, también entra en mis favoritos. Lars Kepler también, y bueno, las novelas negras suecas tienen mi preferencia por sobre todo; hay algo en el estilo gótico y oscuro que me anima a devorarlos rápidamente (Joona Linna es mi Sherloock o Robert Langdon sueco y lo amo)

He leído pocos libros de amor, creo que sólo dos o tres. No es un tema que me guste mucho de leer, no sé por qué. Escribo mucho sobre él ¿pero leerlo? No, no me gusta. Creo que jamás me llegan, jamás los siento escritos de verdad. Son un intento más por adentrarse dentro de un mundo que es muy vendido, sólo eso. Creo que está tan usado que a la larga, cualquier cosa que mezcle un drama con amor, es dinero rápido. El boom de estos libros fáciles de leer y poco profundos, llenos de romanticismo barato y amor de papel no me gusta, por eso jamás suelo leer los "libros de moda".

Por eso cuando escuché hablar sobre "La mecánica del corazón" o "Jack Et La Mécanique Du Coeur" (Sí, aunque no lo parezca hablo un poquitín de francés. Lo amo ¿qué puedo decir?) no le presté mucha atención. Pero empecé a ver que había muy poquita gente que lo había leído, y la gente que sí lo había hecho, lo amaba. Así que le di una oportunidad y me leí la sinopsis del libro, y quedé prendada cuando supe que Jack era hijo de una prostituta.

No, no tengo un fetiche con las prostitutas, aunque las admiro (Tengo mis motivos) La razón porque me llamó la atención, es que la portada era como el de un libro infantil y el resumen era todo lo contrario. Esa dicotomía capturó mi atención. Así que hice lo que cualquier niña sin tarjeta de crédito y que vive en un país sin cultura de lectura, haría: les lloré a mis papás para que me lo trajeran de España. Sí, lo hice y ahora, viendo en retrospectiva, no me arrepiento para nada. Mi dignidad y orgullo nunca me han impedido hacer nada.

Se demoró un mes en llegar y casi me volví loca, sentía algo extraño. Pensé que si no me gustaba, lloraría a mares por todas las expectativas que le tenía. Y finalmente me llegó. Mi mamá me rogó porque lo leyera despacio (En promedio me demoro un día en leer un libro y mis padres creen que tengo un problema) Lo intenté, lo juro. Lo leí solamente en mis caminos entre la universidad y mi casa, lo cual es una hora. Y me demoré tres días en terminarlo. Mi mamá me regañó porque dijo que se había demorado más en llegar que yo en leerlo (Además de que ya le estaba pidiendo otro, de verdad, necesito un trabajo para comprar más libros)

"Es cierto, soy una especie de discapacitado del gran amor y se supone que mi corazón postizo no es capaz de aguantar el terremoto emocional que siento cuando la veo pero, qué le voy hacer, late por usted.”

Aún recuerdo cuando leí el final, estaba en una de las estaciones de metro y sentí que alguien le había arrancado páginas porque no podía terminar de esa manera. Entré en negación y de la emoción casi lloro, la gente me miró extrañada, no todos los días ves a una niña de veinte años abrazada a un libro, ¿verdad? En fin, lo terminé y sentí que una parte de mí se quedó dentro de ese libro y que, paralelamente, una parte del "Little Jack" se quedó conmigo.

            "Te pasas el tiempo curando a la gente, pero ahogas tus heridas en el alcohol de tus propias lágrimas. ¿Por qué?"

No contaré el libro, ni el final. Pero es por lejos, uno de los mejores libros que he leído. Me emocionó, me hizo ser una pequeña de nuevo, y creer en el amor. Que si bien, no siempre es perfecto (de hecho, casi nunca lo es) sí te hace hacer cosas. Te hace esforzarte, ser mejor o peor, persona. Luchar, luchar y no rendirse por él. Incluso si no puedes amar, o incluso sí tienes miedo. A veces, resulta y eres feliz con esa persona especial, y otras, no lo eres. Amas, entregas todo, lo das todo pero simplemente no es suficiente  y tienes que vivir con ello.


" Y sin embargo he puesto mi vida en tus manos, porque, más allá del sueño, me has dado una dosis de amor tan fuerte que me he sentido capaz de enfrentarlo todo por ti.”

Además, lo que más me gustó del libro (lo cual no tiene nada qué ver con la trama o el final, repito, no diré nada sobre eso) es la forma en la cual esta narrada. Es sublime como mezcla metáforas y un lenguaje precioso para poder contarnos la historia de Little Jack, creo que eso fue lo que más me cautivó.

      “Las penas amorosas pueden convertir a las personas en monstruos de tristeza”

Culpo tal vez, al idioma, el francés de por sí es un idioma delicado y de palabras bien sonantes. Aunque tampoco debo quitarle méritos al autor, Mathias Malzieu. Creo que el ser un cantante, lo ayudó. Después de todo, para transmitir emociones al cantar, se debe tener cierto talento.


       Nos frotaremos el uno con el otro hasta chamuscarnos el esqueleto, y cuando el reloj de mi corazón dé las doce en punto, arderemos, sin necesidad de abrir los ojos


 


Tanto fue mi amor que vi la película, y la amé. Incluso sí es diferente y tiene otro final. Incluso si las características cambian, creo que tiene la misma magia del libro. Tal vez porque Mathias estuvo estrechamente relacionado con la producción e incluso él le hizo la voz a Little Jack, creo que es por eso.

"Jamás hubiera creído que es tan complicado mantener a nuestro lado a la persona que más queremos y deseamos en el mundo. Ella me ofrece su amor si exigirme nada, sin mezquindades ni problemas. Yo también le ofrezco todo lo que soy y lo que tengo y, sin embargo, ella recibe menos."


En fin, es un libro hermoso.

"El amor no es fácil todos los días."



lunes, 21 de julio de 2014

Encasilla/Desbarata.

Cuando era pequeña no pensaba que habían diferencias entre los hombres y las mujeres, a pesar de que mi madre siempre me las decía, yo no las entendía. Para mí, todos éramos iguales.

Al crecer comprendí que el sexo es un mecanismo de la naturaleza, el que hayan machos y hembras en cada especie (salvo las hermafroditas, como las angiospermas)  es para la supervivencia de los seres que la componen. 

Luego llegó lo que me decían en mi escuela (la cual era altamente religiosa: "colegio de monjas" le dicen), donde la biblia era el modelo a seguir. Me la leí entera, no por fe. Sino para saber de qué se trataba, después de todo es un libro y bueno, creo que esa es otra historia. A lo que voy es que, religiosamente hablando, hombres y mujeres fueron creados por Dios, a su imagen y semejanza, para que se multiplicaran y dieran origen a la humanidad. 

Aún con eso, para mí, seguíamos siendo iguales. 

Una vez fui cuestionada en mi escuela por eso, me creyeron "lesbiana". Me satanizaron, humillaron y bueno, obviamente lloré. Creo que jamás nadie me ha tratado tan mal como la religiosa que era la directora en ese entonces. Mi colegio era de puras féminas, y yo siempre he sido altamente cariñosa, por abrazar a una amiga me trataron como una enferma, la cual debía ser corregida. Mi mamá casi incendia el establecimiento por eso.

Ahora, han pasado muchos años, desde que tanto  la ciencia como la religión (la cual obviamente no creo ni practico, por otros motivos) me han dicho de que hombres y mujeres no son iguales. Pero yo sigo pensando que lo somos. Soy muy terca, lo sé.

Es por eso que no me gustan las definiciones, no me gusta que me tilden de lesbiana, ni bisexual, ni heterosexual; de nada de esas cosas. Yo soy lo que soy y amo a quien amo. No me enamoro de un hombre, ni de una mujer. Me enamoro de la persona interior, de lo que cree, de lo que piensa, de cómo puede expresarse, de cómo es, de cómo mira la vida. Me gusta creer que yo me siento atraída a las personas que piensan que pueden hacer algo por el mundo, de tal vez un idealista o una soñadora, no me importa. Mientras me cautive por lo que es, para mí es más que suficiente.

El amor es más que tener relaciones, es más que órganos sexuales, es más que géneros y cánones. Cuando sientes esa alegría y conexión con una persona, simplemente la sientes sin pensar. 

Creo que el mundo sería un lugar mejor sin tanta preocupación por quién se quiere, sin tanta curiosidad por quién quiere el otro. Sin meterse en los sentimientos de los demás, sin que nadie me obligue o me diga a quién debo querer. Un mundo donde no se odie a alguien por lo que siente. Sí, supongo que sería un mundo mejor.

Pero, por lo general, no somos así. Siempre deben estar todos firmemente formados en la línea que alguien pensó que era lo correcto. Una religión o tal vez un pensamiento que nadie se ha planteado si es errado o no. Nadie lo cuestiona, ¿por qué? 

Yo pienso que no lo es. Por supuesto que no. 


martes, 10 de junio de 2014

¿Qué pasa cuando las personas que deberían protegerte te agreden? ¿Cuando los uniformados policías van y te amedrentan como pueden? ¿Cuando cortan tu derecho a expresarte? ¿Qué pasa cuando el miedo es la única herramienta de represión? Cuando las amenazas dejan de tener sentido, ¿las armas se justifican para poder imponerte?

Con el paso del tiempo las manifestaciones sociales han sido reprimidas con mayor violencia, con mayor ahínco en las persona que graban lo ocurrido. Como si de alguna manera, fuesen castigadas por el simple hecho de salir a la calle a expresar lo que piensan.

En mi universidad nos reprimen todos los días, es una "represión pasiva". Todos los días, a toda hora, hay unos piquetes de policías afuera, preparados y listos para cualquier evento que ocurra. Es "por protección"...¿protección de quién? ¿Por qué se gastan recursos en vigilarnos, cuando podrían estar en las poblaciones atrapando narcotraficantes...? ¿Salvando personas?  ¿Es más importante cuidar la propiedad de la universidad que salvar vidas...? Al parecer sí lo es.

En las marchas, sobretodo las estudiantiles, la fuerza policial es desmedida. Increíblemente desmedida. No hacen distinción entre niños, hombres, mujeres, abuelos... cualquiera es un posible subversivo y debe ser vigilado, amedrentado y en lo posible: arrestado.  ¿Por qué? Para justificar los destrozos que pasan, destrozos son de unos pocos, algunos sospechosamente viejos, y que son lo único visible en la televisión de este país. Las marchas por la educación, son empañadas, ensuciadas y catalogadas de un mal para la sociedad y la caja idiota promueve eso, mostrando sólo las piedras y los semáforos rotos.

¿Carnaval? No, claro que no. ¿Pancartas? No, sólo fuego. ¿Miles de personas? No, sólo diez que estaban quemando un neumático.

Violencia desmedida contra jóvenes que NO hacen nada, sangre derramada en las calles de personas que dan todo por los ideales que tienen, por los valores que no se tranzan, incluso bajo el yugo de la luma o del agua sucia de un carro lanza agua.

La violencia jamás podrá sacar nada más que violencia. Ni siquiera es violencia "inteligente" es simplemente ira, rencor, enojo desmedido contra todo y contra todos...



No sé hasta dónde llegaremos, pero aún así mantengo firme mi convicción de que podemos seguir luchando por obtener algo mejor de lo que nos dan. Algo mejor para todos, incluso para los hijos de aquellos que nos golpean, incluso para la familia de aquellos quienes nos reprimen, incluso para la salud de aquellos mismos que abusan de su poder, sólo por tener una placa o un arma en el cinto.

Porque los ideales van mucho más allá de eso. Va más allá del golpe, más allá de la pistola. Las ideas son mucho más fuertes que la violencia y lo saben. Por eso temen, por eso nos golpean, porque saben que incluso bajo las horas de presidio, incluso bajo los golpes y vejámenes, seguiremos estando presentes y yo sé, que secretamente...muy dentro de su corazón ellos también quieren que así sea, porque lo necesitan. Todos necesitamos creer que somos más fuertes que las armas, todos necesitamos creer que los ideales no se cambian, ni se venden... porque al final del día, es todo lo que tenemos.

domingo, 8 de junio de 2014

Los huérfanos del mercado.

"Hijos del lucro", así nos llaman a los estudiantes hoy en día. Hijos de una educación que es, en muchas partes, de deplorable condición. Es marginal, discriminatoria, y para nada equitativa, por dios, equitativa: eso es lo que menos tiene.

Somos los hijos del dinero, los hijos perdidos de un Estado que no vela por nosotros. Somos clientes, no beneficiarios. Somos un número, no un estudiantado. Somos unos rotos, comunistas y marxistas (como si eso fuese malo, aún no entiendo por qué usan una ideología como insulto), no somos gente que de verdad lucha por algo justo. No, claro que no, porque $3.000.000 puede tenerlo cualquiera, eso es un año de educación en cualquier universidad de aquí,  y  está al alcance de todos, por supuesto.

En la calle me han apaleado, me han gaseado con gas lacrimógeno, me han mojado con agua sucia (y con más gas) y todo por exigir mi derecho como ciudadana a expresarme. He visto como han tomado presos a compañeros, a mamás, a niños, a abuelos, a papás y todo por exigir un mejor futuro para este país.

Las cosas no están bien aquí, claro, está mejor que en otros lugares, de eso no puedo decir nada. Pero tampoco están bien. Si fuese así no saldríamos miles a la calle a pedir una educación digna, una educación donde todos tengamos la oportunidad, donde todos podamos estudiar. ¿Tal difícil es de entender? ¿Por qué el niño que nace en una población marginal, jamás podrá ser un médico? Porque no puede pagar, puede ser el más apto, el más inteligente, pero si no tienes ese papel verde, no existes, para nadie. Es un papel, por todos los diablos...un papel que por sí sólo no tiene ningún valor... ninguno. La sociedad se lo da, la sociedad mata por un poco más de ese papel...y no vale nada.

Oportunidades, eso es todo lo que pedimos. Nada más. No pedimos que la educación la paguen los más ricos, ni que los que tienen más dinero mantengan a los que tienen menos. Pedimos que, por ejemplo, el cobre sea renacionalizado, que vuelva a ser nuestro. Que el royalty que pagan las mineras deje de ser un mísero porcentaje, es nada lo que pagan. Lo sé, porque mi papá trabaja en una, es casi una burla, considerando que están extrayendo mineral y dejando en deplorables condiciones el ambiente donde están las mineras (Sin ir más lejos, los tranques de relave que traen contaminación a donde sea que estén)

Necesitamos una educación digna para todos, de calidad. Donde los profesores sean profesores por vocación no porque "no les quedó de otra". Donde el sueldo de un animalejo de la televisión (el cual no aporta nada a la cultura ni  al avance del país) no sea más alto que el de un profesor, de un sacrificado profesor que está inculcando y formando a los futuros profesionales de todo un país. Los profes ganan una miseria, por eso nadie quiere serlo, a veces el dinero vence a la vocación, y si somos honestos ¿quién se sacrificaría a vivir con lo justo teniendo otras oportunidades?

De eso también habla la calidad, de los mentores y no sólo de los alumnos.

Gratuidad, que sea gratis. Entendiendo que la educación es per se un derecho y no un "privilegio". Todos tenemos el derecho de educarnos, de recibir lo mejor que podamos, sin tener discriminación socioeconómica, religiosa o sexual. Todos tenemos el derecho a recibir una educación que nos garantice un mejor futuro, incluso si no tengo el dinero para pagarla, incluso si soy musulmana o judía, incluso si soy heterosexual o lesbiana. Tengo el mismo derecho que todos a educarme, y educarme bien.

Las cosas no van a llegar solas. Los políticos no van a bajarles los humos caritativos y comenzarán a hacer reformas de verdad. Es obvio, porque no les conviene, casi todos ellos están asociados a las grandes empresas que ganan con la educación. Porque lucran, como si fuese un supermercado.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Sé bien que tirar bombas molotovs tal vez no arregle el mundo, y que incendiar cosas no cambie nada. Pero creo que a lo que los rebeldes apuntan, es a la desestabilización del sistema, que el sistema imperante en este país, el crudo y frío capitalismo, se rompa. Colapse en sí mismo y tengamos que buscar otros métodos por los cuales regirnos.

Siempre tomo como ejemplo la revolución francesa, por la cual se abolió la monarquía mediante el corte de cabezas de los grandes mandos. Claro, no pretendo ir al senado y cortarles la cabeza a cada seudópolítico que encuentre (aunque me gustaría muchísimo), eso no sería lo más adecuado, creo. Aunque sí de una manera simbólica hacer lo mismo. Abolir el poder de que unos pocos hagan lo que gusten con nosotros, con nuestro futuro y el de nuestros hijos.


Que gente de verdad tome el relevo de tantos cargos manoseados y prostituidos en post del aparente desarrollo como país. Exterminar para siempre la aparente enfermedad de la cual padecemos hace ya, tanto tiempo.

Que nosotros, las nuevas generaciones, alcemos el poderío que sé que tenemos. Puede que uno de nosotros no cambie nada, pero unidos, sé que podremos cambiar muchas cosas... Sé que se puede. Llevamos años en la lucha por un derecho que necesitamos, y jamás nos hemos rendido, así que sé que la energía está, la conciencia también. Es cosa de tomar todos estas variables y ajustarlas en la ecuación para poder encontrar la tan esquiva "x" del problema.

Está en nosotros, los huérfanos del mercado, cambiar nuestro futuro. Cambiar el futuro de este país, para las generaciones venideras. Para que, tal vez no yo, pero sí mis hermanos pequeños puedan tener una educación digna. Tanto secundaria como superior y que no tengan que vender hasta su alma para pagarla.